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La esperanza

 

Durante la evolución de esta enfermedad pasas por muchos altos y bajos y una de las cosas que más te van a decir es que no pierdas la esperanza, ese sentimiento de creer que lo que uno desea es posible. Mucha gente basa esta creencia en la fe con una base religiosa y otras personas usan más el raciocinio o la lógica. Yo siempre he creído más en la ciencia que en cualquier otra cosa y confío más en la medicina o en los resultados de una prueba médica que en las creencias en algo no tangible.

Mañana tengo cita en el cardiólogo, me harán más pruebas y podré hablar con él ya seriamente sobre mi pronóstico. Desde mi ultima charla con él me he autoconvencido totalmente de que me queda poco tiempo y sorprendentemente me encuentro bien y tengo más claro que nunca todo lo que quiero hacer. Sin embargo, esa esperanza traicionera siempre está ahí, y aunque muy en el fondo, pienso que mañana me digan que está todo mejor y que mi corazón se está recuperando pudiendo vivir mucho más tiempo. Digo traicionera porque sé que, aunque ahora esté tranquilo, mañana va a ser un golpe duro si esa esperanza se hunde del todo, por muy fuerte que intente ser conmigo mismo y de cara a los demás, me va a costar perder ese ápice de ilusión por seguir vivo.

Siempre me han dicho que haga caso a los médicos cuando te dicen cosas buenas, pero cuando las noticias son malas os van a decir lo contrario, que no los escuches y busques otras opiniones. Yo creo que va en la naturaleza del ser humano negarse a uno mismo las malas noticias, mientras que las buenas las aceptamos enseguida sin poner ningún obstáculo. Sin embargo, la medicina se puede equivocar tanto para lo bueno como para lo malo, pero ese índice de error, si podéis leer artículos que se han publicado al respecto, es mínimo, y cada vez más.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero a veces hace más daño mantenerla y ver como se hace mil pedazos. Aún así me es imposible no tener esa pequeña parte dentro de mi esperando que mañana las pruebas sean todas perfectas. Pase lo que pase, afrontare lo que venga, pero siempre confiando en lo que me digan los médicos porque al final el ser humano siempre tiene que creer en algo y yo me decanto por la ciencia, ya que la fe creo que la perdí hace mucho tras todo lo que he vivido. Al final, lo que tiene que pasar, pasará.




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