Ir al contenido principal

Volver a nacer

 

Hace unos días escribí que si volvía por aquí sería porque me encontraba mejor y habría pasado el brote. Pues tengo buenas noticias, desde el miércoles pasado los dolores han frenado y he recuperado la esperanza que había perdido. Aún sigo alerta porque desconfío mucho de esta enfermedad, y no acabo de convencerme de que finalmente haya pasado, pero todo parece indicar que he conseguido superar otro brote más, creo que el peor hasta la fecha. Aún tengo el corazón un poco averiado por los episodios de dolor continuo que he tenido, pero espero que se pueda recuperar y no de más problemas hasta dentro de unos meses que me han prometido.

Como se suele decir, esta vez le he visto las orejas al lobo muy de cerca, aunque ya se cuando me esperan. Realmente he sentido que todo se acababa y lo he pasado peor que en otras ocasiones porque ahora mismo tengo todo lo que deseo en mi vida y cuanto más tienes más cuesta perderlo. He vivido lo que es el miedo a morir, a perderlo todo, y es horrible, pero también me ha hecho más fuerte y he aprendido muchas cosas. Me he dado cuenta del cariño de la gente que me rodea y lo importante que soy en sus vidas. Siempre he pensado que he pasado por la vida sin marcar demasiado en nadie, pero me equivocaba, ahora sé más que nunca la gente que tengo a mi lado. Ahora sé que aunque vea a la muerte ya cerca acechando y sepa cuando se acerca la fecha del final, estoy tranquilo.

Y ahora, aunque siempre queda el miedo de si volverán los dolores, quiero vivir más que nunca. Voy a seguir disfrutando de mi trabajo y a crecer profesionalmente estos meses para llegar a conseguir esa plaza fija tan ansiada. También voy a hacer aquellos planes que creía truncados por este brote y voy a retomar la planificación de ese viaje del cual os hablé hace unos días para poder comprar los billetes para el año que viene. Además, este último brote y el blog me han hecho pensar mucho en si puedo ayudar a más gente que esté pasando por esto contándoles mi historia y aconsejándoles como luchar contra la esclerosis, por lo que voy a empezar a acudir a alguna asociación para intentar poner mi granito de arena y ayudar a enfrentar esta batalla a la gente que se encuentre tan perdida como yo cuando empezó todo esto.

No quiero acabar este post sin agradecer a toda la gente que ha estado conmigo en estas últimas semanas. A mi familia por no dejarme en ningún momento y aunque las cosas pintaran muy mal, siempre han estado conmigo con una sonrisa e intentando apoyarme para que no me hundiese. También a mi ancla, porque después de estos días me he dado cuenta todavía más de lo importante que es en mi vida y la suerte que tengo de tenerlo a mi lado y que, aunque estemos lejos te siento más cerca que nunca. Por último, me gustaría agradecer también a su familia, que no han dejado de preocuparse por mi y me he sentido muy querido por ellos también.

Seguiré para adelante con este proyecto del blog, quizás no escribiendo a diario, pero sí cuando necesite plasmar esas cosas que pasan por mi cabeza y que me es más fácil expresarlas de forma escrita que a viva voz. Este post espero que sea un nuevo comienzo tanto para este blog como para mi vida, un reinicio pero sin olvidar por todo lo que he pasado y que sigue haciéndome más y más fuerte.




Comentarios

Entradas populares de este blog

La fuerza del destino

Han transcurrido cinco meses desde la última vez que vertí mis pensamientos en este rincón digital, y hoy retorno a él impulsado por dos motivos fundamentales. El primero nace de la recomendación de mi psicólogo, con quien he estado trabajando diligentemente para comprenderme mejor y enfrentar los desafíos que la vida ha arrojado a mi camino. Pero no es únicamente esta sugerencia profesional la que me trae de vuelta a estas líneas. Siento una necesidad profunda de desahogarme aquí, aunque sea solo por esta vez, sin prometer continuidad. Este escrito servirá, al menos, para aligerar algunos de los pesares que me han estado abrumando últimamente. Para dar algo de contexto, he atravesado una depresión que casi me consume por completo. Aunque he recorrido un largo camino hacia la mejoría, la oscuridad aún no ha abandonado del todo mi horizonte. A esto se suma la angustia por la grave situación de salud de mi padre, una realidad que me ha forzado a replantear muchas cosas en mi vida, temas ...

El miedo de ser una carga

Cuando recibes malas noticias en la vida, el primer instinto es la negación, buscar una manera de minimizar el problema o, mejor aún, de hacerlo desaparecer por completo. Como mencioné en publicaciones anteriores, los últimos resultados de mi enfermedad no fueron alentadores. Me han comunicado que he entrado en la fase final, y pronto empezaré a sentir todo el peso de la esclerosis. A veces me engaño a mí mismo pensando que lo he aceptado, pero la realidad es muy distinta. Intento encontrar algún pequeño atisbo de esperanza. Por eso hoy acudí a otro neurólogo, especialista en esta enfermedad, en busca de una segunda opinión. Sin embargo, no obtuve lo que buscaba; la consulta solo confirmó el diagnóstico inicial. Es difícil vivir cuando tu futuro está condicionado por algo así. En este momento, me siento roto en mil pedazos, y recurro al blog para intentar recomponerme, soltando aquí lo que pienso. Quizás me estoy abriendo demasiado y eso me asusta, tal vez incluso acabe borrando esta p...

Carta al niño que fui

Como mencioné en mi última publicación, la situación ha empeorado notablemente desde la última revisión médica, y las noticias no han sido alentadoras. Estoy trabajando con mi psicólogo para aprender a sobrellevar esta fase final de la enfermedad, y, como parte de ese proceso de aceptación, me sugirió escribir una carta a ese niño que alguna vez fui, antes del diagnóstico, antes siquiera de enfrentar los aspectos más oscuros de la vida. He reflexionado mucho sobre cómo redactar esta carta, sobre qué palabras podría ofrecerme a mí mismo para prepararme ante todo lo que estaba por venir. Se amontonan tantas ideas en mi cabeza, pero intentaré destilar lo esencial en este post, enfocándome en lo que considero más importante. Lo primero que le diría a ese niño es, inevitablemente, que enfrentará una situación de salud devastadora, algo que trastocará todo lo que hasta entonces conocía. Ese monstruo, la esclerosis, lo golpeará con una fuerza implacable, pero a la vez, le abrirá los ojos para...