Es
curioso ver como en un mes toda tu vida puede dar un vuelco, como de sentirte
feliz y pleno acabas viendo como todos los aspectos de tu vida se desmoronan
sin remedio. Ayer pasé la noche en el hospital debido a que el dolor de las
piernas fue a limites que no había llegado aún, así que tuve que acudir a que
me pusieran medicación para poder frenarlo. Sólo fue por la noche y pude irme
por la mañana, pero ya me dijeron que seguramente si se sigue repitiendo por
las noches tendré que ingresar durante un tiempo más largo. Ahora estoy
escribiendo desde mi puesto de trabajo, entre clase y clase, para intentar
desahogarme un poco. He venido a trabajar porque es la única parte de mi vida
que conserva algo de normalidad y aunque esté realmente agotado, no puedo
permitirme perderla también.
Anoche
me di cuenta realmente de que la gente de tu alrededor puede animarte e
intentar acompañarte en esta enfermedad, pero al final siempre estás solo con
esta lucha. Mi familia no pudo entrar conmigo a la sala donde me trataban, así
que intenté escribir a mis personas más importantes porque estaba realmente
asustado. No recibí mucha respuesta porque en ese momento estaban haciendo sus
vidas y aunque anoche eso me jodió mucho, hoy me he dado cuenta. Al final la
gente tiene sus propias vidas, sus intereses, sus sueños, y no puedes pedirles
que paren eso por ayudarte, eso sería egoísta de mi parte. Y el problema es
porque las vidas de la gente evolucionan mientras que la esclerosis paraliza la
mía, mi prioridad siempre va a ser la misma mientras que las de los demás van
cambiando. Te puedes enfadar o molestar con la gente, pero al final la culpa no
la tienen ellos, no es que no quieran estar apoyándote, sino que muchas veces
tienen que elegir entre el futuro o el estancado presente en el que vivo yo
ahora, y seguramente si yo estuviese en el otro lado haría exactamente lo
mismo.
Todo
el mundo me pide siempre que luche, que no me rinda, pero no se si lo que quede
de mi después de esto va a merecer la pena, quizás que paren los pitidos no son
siempre malas noticias. Poque cuando pierdes tu brújula, cuando ya no hay guía,
cuando el barco se queda sin ancla, cuando se desmorona todo…¿qué es lo que
queda?
Comentarios
Publicar un comentario