Una de las cosas que nos suelen preocupar siempre es la opinión que tienen
los demás acerca de nosotros o nuestra situación. Durante esta enfermedad pasas
por distintos brotes, algunos que pasan desapercibidos y otros que no se pueden
ocultar y nos causan una sintomatología evidente. Yo siempre he intentado
ocultar esto a la gente que no forma parte de mi círculo más cercano y una de
las razones es porque no me gusta que la gente me juzgue viendo antes la
enfermedad que a mí mismo. Muchas veces no ha sido fácil, pero no me arrepiento,
al final mis logros profesionales los he conseguido por mi propio trabajo y sin
usar nunca la baza de la esclerosis. No estoy queriendo decir que esta sea la
mejor forma de llevar este tema, pero es la forma que yo elegí porque siempre
he odiado la compasión hacia el débil y también porque he querido que la gente
me quiera o no por quien soy yo y no por pena de ningún tipo.
Os vais a encontrar con todo tipo de personas en la vida, algunas muy buenas que van a entender por lo que estáis pasando y otras cuya actitud dejará mucho que desear. Y aunque no hayáis contado por lo que estáis pasando como yo, ahí es cuando realmente vais a ver la calidad humana de las personas que os rodean. Durante mi época del doctorado tuve mala relación con dos compañeras por una historia bastante larga que no voy a contar aquí, digamos que me posicioné a favor de otra persona y eso me trajo algunas enemistades, pero no me arrepiento nada de haberlo hecho. El caso es que en esa fase tuve un brote que me produjo una cojera bastante evidente en una de mis piernas, que por mucho que lo intentara no podía ocultar. Pasé unos meses escuchando comentarios asquerosos de estas dos personas haciendo burla de mi cojera y en ese momento por miedo a destapar todo y porque tampoco me encontraba en la mejor situación anímica, hacía oídos sordos y no contestaba a ninguno de esos ataques. Aunque intenté hacerme el fuerte, en el fondo me afectaban esas burlas y lo pasé bastante mal.
Estoy seguro de que si hubiesen conocido de donde venía esa cojera no
habrían seguido con las bromas o al menos si se enteraran hoy en día, al menos
espero que sintieran algún tipo de remordimiento, aunque tampoco me
sorprendería, por la clase de personas que son, que no tuvieran ningún tipo de
remordimiento. Con esta historia lo que quiero decir es que a vuestro alrededor
vais a tener personas de todo tipo, gente que va a apoyaros en todo y otros que
van a reírse de vuestra situación. De estos últimos yo os recomiendo que les
ignoréis porque es gente que no merece la pena y sólo espero que, si en unos
meses mi vida acaba, estas dos personas se acaben enterando de cual era mi
situación y sientan algún remordimiento si les queda algo de humanidad en esos
corazones tan huecos.
A lo largo de estos años, no se si por la edad o por todas las experiencias vividas, he aprendido a que me importe bien poco la opinión de la gente a la que no aprecio. Preocuparos solamente de lo que piense la gente que realmente os quiere y el resto, ¿a quien le importa?
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