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Falsas expectativas


Hoy mis padres han querido que acudiese a otro cardiólogo, el tercero ya, para tener otra opinión más. Yo no quería ir porque ya lo tengo muy asumido, pero lo he hecho por ellos, porque ahora mismo no me sale negarles algo así, y si ellos se iban a quedar más tranquilos, no me costaba nada, solamente tener que escuchar de nuevo lo que ya sabía.  Y es lo que ha pasado, he vuelto a recibir el mismo pronóstico con distintas palabras, pero iguales en contenido. Ya es la tercera vez que lo escucho, de tres médicos distintos, y sigue sin ser fácil. Cuando estás en una consulta, más con tus padres al lado, y te dicen algo así, se te nubla todo, es difícil de procesar y te pega un golpe bastante duro.

Tras volver a casa en un taxi con un silencio sepulcral, he preferido no subir a casa con mis padres e irme a dar una vuelta y desconectar un poco, ya que si subía me iba a romper con ellos y eso no me gusta nada. Ahora mismo estoy escribiendo estas palabras en las escaleras de un portal que está cubierto, ya que está lloviendo bastante, y cuando termine ya subiré directamente para dormir. Yo entiendo a mis padres, que quieran buscar desesperadamente un médico que me diga algo diferente o una cura milagrosa que en realidad no existe. Si fuera al revés, seguramente yo haría exactamente lo mismo. Sin embargo, estoy agotado ya de que intenten negar la realidad continuamente, en vez de afrontarla. Ahora lo que menos bien me hace es ir a más médicos o escuchar que un determinado cardiólogo es el mejor en su campo y que seguro que tiene una solución.

El crearme falsas expectativas para que luego las vea romperse en mil pedazos, no me crea ningún sentimiento bueno. Sé perfectamente que cuando me dicen que todo va a ir bien lo hacen con la mejor de las intenciones, pero yo no necesito eso, sino algo más real, no ilusiones. Yo ahora lo que más quiero es estar cerca de los míos y pasar tiempo con ellos, no en hospitales ni consultas privadas. Ya sé lo que tengo y yo ya lo he afrontado, pero a los demás les está costando aún. Lo que necesito ahora es no sentirme tan sólo, palabras de cariño, un abrazo, … No pido más, pasar tiempo con la gente que quiero y poder hacer las cosas que quiero en el tiempo que tenga, pero no puedo seguir creando ilusiones y esperanzas al acudir a nuevos médicos para luego ver como no se cumple ninguna.

Echo muchísimo de menos a mi psicólogo en estos momentos, no como terapeuta, sino como amigo. Me siento muy solo y con mis padres no puedo hablar de estas cosas porque lo pasan peor. Simplemente necesitaría un abrazo ahora mismo, sentirme apoyado y no solo en este camino, nada más. A veces las cosas simples que hemos tenido y que hemos perdido, son las que más echamos de menos. Me siento como ese astronauta del que hablaba Bowie, flotando, solo en el espacio al haber perdido la comunicación con la Tierra, dando vueltas en un lugar donde solo hay silencio.

 



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