Ir al contenido principal

Secundaria progresiva

Cuando volví a escribir en este blog después del parón que hice de meses tenía la intención de que fuese en un tono más optimista y contar cosas con la esperanza de que todo iba ir a mejor. Ojalá pudiese haber sido así, pero hoy no he recibido buenas noticias en el médico y una vez más tengo que pasar por aquí a desahogarme.

Las pruebas no han dado el resultado que esperaba, y han visto una pérdida de mielina que ha avanzado bastante respecto a la última revisión. Ya había leído un poco en estos años, pero hoy me han explicado lo que es posible que me esté pasando. Hasta ahora estaba en una fase de la esclerosis que se llama remitente recurrente, en la que voy teniendo brotes aislados de todo tipo que duran un tiempo, pero después remiten y desaparecen. Sin embargo, con el paso del tiempo esa fase se convierte en otra llamada secundaria progresiva, donde los brotes se quedan para no irse y ya no recuperas la funcionalidad previa del órgano o capacidades afectadas. Esa es la fase en la que estoy entrando y que indica que esta mierda de enfermedad está activa y avanzando.

Cuando he salido del médico estaba en shock y no he podido reaccionar, así que me he ido a trabajar sin acabar de asimilar la información que acababa de recibir. Sin embargo, ahora mismo me está viniendo ya todo encima y mi cuerpo está empezando a reaccionar en forma de lágrimas. Tengo mucho miedo y rabia a partes iguales. Miedo porque tiemblo de pensar lo que se viene y todo lo que me gustaría hacer y no voy a poder. Ya sabía que la esclerosis no tiene cura y que más tarde o más temprano iba a acabar avanzando y arrastrándome con ella, pero siempre te queda ese hilito de esperanza de que va a darte más tiempo sin anular tus capacidades. Todo esto me lleva también a la rabia, un enfado hacia todo esto que ha golpeado mi vida y que la ha puesto patas arriba.

Aún sabiendo que la esclerosis es una enfermedad sin cura, degenerativa y crónica, cuando me la diagnosticaron tonto de mi pensé que quizás en mi sería diferente y que no iba a avanzar o que a lo mejor los médicos se estaban equivocando en su diagnóstico. Una cosa está clara, y todos los que leéis este blog y estéis pasando por lo mismo me entenderéis, esta mierda te destroza lentamente hasta dejarte sin ganas de vivir, pero cuanto más lo hace y más te limita, es cuando más desearías que todo fuese diferente y cumplir aquellos deseos que jamás podrás ver cumplidos.  




Comentarios

Entradas populares de este blog

La fuerza del destino

Han transcurrido cinco meses desde la última vez que vertí mis pensamientos en este rincón digital, y hoy retorno a él impulsado por dos motivos fundamentales. El primero nace de la recomendación de mi psicólogo, con quien he estado trabajando diligentemente para comprenderme mejor y enfrentar los desafíos que la vida ha arrojado a mi camino. Pero no es únicamente esta sugerencia profesional la que me trae de vuelta a estas líneas. Siento una necesidad profunda de desahogarme aquí, aunque sea solo por esta vez, sin prometer continuidad. Este escrito servirá, al menos, para aligerar algunos de los pesares que me han estado abrumando últimamente. Para dar algo de contexto, he atravesado una depresión que casi me consume por completo. Aunque he recorrido un largo camino hacia la mejoría, la oscuridad aún no ha abandonado del todo mi horizonte. A esto se suma la angustia por la grave situación de salud de mi padre, una realidad que me ha forzado a replantear muchas cosas en mi vida, temas ...

El miedo de ser una carga

Cuando recibes malas noticias en la vida, el primer instinto es la negación, buscar una manera de minimizar el problema o, mejor aún, de hacerlo desaparecer por completo. Como mencioné en publicaciones anteriores, los últimos resultados de mi enfermedad no fueron alentadores. Me han comunicado que he entrado en la fase final, y pronto empezaré a sentir todo el peso de la esclerosis. A veces me engaño a mí mismo pensando que lo he aceptado, pero la realidad es muy distinta. Intento encontrar algún pequeño atisbo de esperanza. Por eso hoy acudí a otro neurólogo, especialista en esta enfermedad, en busca de una segunda opinión. Sin embargo, no obtuve lo que buscaba; la consulta solo confirmó el diagnóstico inicial. Es difícil vivir cuando tu futuro está condicionado por algo así. En este momento, me siento roto en mil pedazos, y recurro al blog para intentar recomponerme, soltando aquí lo que pienso. Quizás me estoy abriendo demasiado y eso me asusta, tal vez incluso acabe borrando esta p...

Carta al niño que fui

Como mencioné en mi última publicación, la situación ha empeorado notablemente desde la última revisión médica, y las noticias no han sido alentadoras. Estoy trabajando con mi psicólogo para aprender a sobrellevar esta fase final de la enfermedad, y, como parte de ese proceso de aceptación, me sugirió escribir una carta a ese niño que alguna vez fui, antes del diagnóstico, antes siquiera de enfrentar los aspectos más oscuros de la vida. He reflexionado mucho sobre cómo redactar esta carta, sobre qué palabras podría ofrecerme a mí mismo para prepararme ante todo lo que estaba por venir. Se amontonan tantas ideas en mi cabeza, pero intentaré destilar lo esencial en este post, enfocándome en lo que considero más importante. Lo primero que le diría a ese niño es, inevitablemente, que enfrentará una situación de salud devastadora, algo que trastocará todo lo que hasta entonces conocía. Ese monstruo, la esclerosis, lo golpeará con una fuerza implacable, pero a la vez, le abrirá los ojos para...