Mamá, esto va para ti. Acabas de entrar en mi
cuarto para ver como estoy y sé que tiene que ser muy duro verme intentando
aguantar estos dolores y no poder hacer nada por aliviarlos. Yo intento siempre
hacerte alguna broma o quitarle importancia, haciéndote ver que estoy mejor de
lo que parece, pero es muy difícil en este caso, ya que no puedo evitar
encorvarme cada vez que viene un pinchazo desde la pierna hasta la columna. Me
has preguntado que, si quería que te quedases conmigo, aunque sea al lado agarrándome
la mano, pero me rompe verte sufriendo por mi situación, así que por eso te he dicho
que te fueras a dormir y mañana estaría bien.
Ya sabes que no se me da nada bien el hablar de
mis sentimientos cara a cara, por lo que voy a usar este blog para decirte lo
que me hubiese gustado hace escasos minutos. Me cuesta escribir con los dolores por la poca estabilidad que tengo pero aunque tarde más necesito plasmar estas palabras ahora. He tenido una gran suerte de
tenerte todo este tiempo y no sabes como valoro todo lo que has hecho por mi y
mis hermanos, pero especialmente por mí, porque sé que siempre has tenido una debilidad
especial por tu hijo más pequeño. Cuando comenzaste tu proyecto con nosotros,
tu familia te dio de lado y te puso entre la espada y la pared, pero no dudaste
en dejarlo todo por nosotros, cosa que tuvo y tiene que ser aún muy difícil
para ti. Y lo digo por experiencia, porque yo en un momento de la vida fui tan
estúpido de alejarme de vosotros y no me puedo arrepentir más.
En numerosas ocasiones me he portado mal contigo
y he pagado con vosotros la espiral de la esclerosis en la que estaba inmerso.
Me arrepiento muchísimo de no haberos contado todo desde el principio, pero en
ese momento no era capaz de gestionar mi propio sufrimiento, por lo que pensar
en tener que lidiar también con el tuyo se me hacía un mundo. No me quiero
imaginar lo duro que tiene que ser para una madre ver en este estado a su hijo
y pensar que puedo perder esta batalla. Alguna vez había pensado antes de esto
en que me gustaría ser padre, pero desde que leí que la esclerosis, aunque no
es hereditaria del todo, sí se relaciona con ciertos factores genéticos, se me
quitó la idea de golpe de la cabeza, ya que jamás traería al mundo a otro ser
humano para que viviese este infierno.
Le he dado mil vueltas y no se como hacer que
esto sea menos duro para ti. Me encantaría evitar que me vieses así, pero me es
imposible ocultarlo esta vez. Me has enseñado a ser la mejor versión de mí
mismo, a luchar con garras por lo que quiero y a intentar ser buena persona con
todo el mundo, aunque no se reciba siempre del otro lado. Solo te quiero decir
que gracias por todo mamá, que no podrías haberlo hecho mejor todo este tiempo
y que sea como sea que acabe esto, estaré siempre orgulloso de tenerte como
madre. Lo único que te pido es que no llores más, porque he tenido una vida
maravillosa gracias a ti en gran medida, y si llega el final de mi camino
quiero que el tuyo continúe porque tienes un nieto que va a tener toda esa
suerte que yo tuve desde el día en que me diste a luz.
Te quiero, mamá
Comentarios
Publicar un comentario