Llevo una semana intentando no pensar, aparcando lo que siento realmente y centrándome solo en el trabajo para poder sobrellevar todo, poniéndome una máscara con una falsa sonrisa que llevo todos los dias. Intento ser de ayuda a los demás todo lo que puedo porque es lo que mejor me hace sentir y así me creo una falsa idea de que puedo seguir siendo útil. Estoy yendo dos veces por semana al psicólogo e intento poner todo de mi parte para ver algo de luz en el camino, pero cada día me cuesta más y más.
Hoy tenía que ir a cuidar de mi sobrino y tenía ganas de pasar un rato con él, pero en el último momento me ha llamado mi hermano para decirme directamente que no se fiaba de dejarme a solas con él por si me fallaba algo y podía hacerle daño. En el fondo entiendo su decisión, a veces me fallan las piernas o se me caen cosas de las manos, por lo que es comprensible que no quiera dejar en mis brazos a su hijo. Sin embargo cuesta mucho asumir que no voy a poder cogerle en brazos o al menos tener la confianza para ello.
Como siempre pasa, cuando la gente sabe que tienes esta enfermedad deja de contar contigo, conscientemente, por miedo a lo que pueda pasar, o inconscientemente, al no verte válido o no pensar en ti más allá de un plan cercano y común. A veces me siento el eslabón seguro al que acudir porque sabes que siempre va a estar ahí, pero con el que realmente nadie cuenta para nada más.
El encerrarme en el trabajo me ha hecho poder llevar más fácilmente todo, hace que me abstraiga de todo lo demás y sirve de anestesia. Además me he vuelto hermético otra vez y no dejo salir nada de mi más que en estas páginas, como el día de hoy. Llevaba un tiempo sin romperme así, pero hoy ha saltado todo junto y no he podido evitar salir de casa para llorar y tener que acudir aquí.
Me disculpo si mi escrito no tiene la calidad de otras veces, hoy es solamente un grito al aire, una forma de desahogo al salir momentáneamente de mi caparazón, donde me volveré a meter mañana. No tengo ganas de ver a nadie realmente pero a la vez echo de menos un abrazo o al menos sentirme importante para alguien sin importar mi enfermedad. Hace un tiempo me prometí a mí mismo no tomar la vía fácil e intentar al menos aguantar hasta que llegase el final natural, pero últimamente vuelven a mi cabeza cada vez más aquellos pensamientos de rendición.
Sólo espero que sí esos pensamientos vencen, aquellos que leáis este blog podáis llegar a entender mi decisión, que yo os esperaré allí a todos los que quise esta vida.
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