Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2025

Gritando en silencio

Son las once de la noche y aquí estoy otra vez, sin poder dormir, sin encontrar una posición que alivie este dolor que me atraviesa las piernas y me deja sin aliento. Es un dolor traicionero, que no avisa, que no se puede predecir, pero cuando llega lo devora todo. Se instala en mi cuerpo como un enemigo implacable, que no descansa, que no tiene compasión. Quemazón, calambres, descargas eléctricas recorriéndome de arriba abajo como si alguien estuviera hurgando en mis nervios con agujas incandescentes. Me muerdo el labio para no gritar, me encojo sobre mí mismo intentando reducirlo, engañarlo, hacerlo desaparecer. Pero no hay forma. El dolor sigue ahí, indiferente a mi desesperación. La noche avanza, pero para mí el tiempo es un concepto borroso. Solo existen las punzadas que van y vienen, la presión insoportable, el ardor que me deja sin respiración y las lágrimas que ahora mismo no puedo contener. No quiero llorar, no quiero permitírmelo, pero es imposible. Estoy solo en casa y no le...

Seguir adelante cuando ya no sé por qué

No tengo muchas ganas de escribir en el blog hoy. La verdad es que últimamente me cuesta poner en palabras lo que siento, como si escribirlo lo hiciera más real, más definitivo. Pero mi psicólogo me recomienda que después de cada sesión intente plasmar aquí cómo me siento, que lo use como una forma de desahogo. Así que aquí estoy, intentando poner en orden este torbellino de pensamientos. Anoche, cuando me metí en la cama, sentí ese viejo conocido regresar: un dolor sordo en la pierna, como si algo dentro de mí estuviera avisándome de que las cosas podrían cambiar en cualquier momento. No era insoportable, pero tampoco insignificante. Solo estaba ahí, recordándome que mi cuerpo juega con reglas propias, que la esclerosis múltiple nunca se va del todo, solo espera. Es un recordatorio silencioso, insistente, de que mi cuerpo sigue siendo un campo de batalla, aunque algunas veces parezca un territorio en calma. Intenté ignorarlo. Me acomodé de un lado, luego del otro. Respiré profundo...

Quién podrá sanar este vacío

A veces miro a mi alrededor y veo la vida de los demás como si estuviera detrás de un cristal. Pasan los días, la gente sigue con sus rutinas, con sus alegrías y problemas, mientras yo solo sigo la corriente, no porque quiera, sino porque no encuentro razones para remar en otra dirección. No es tristeza ni rabia, es una sensación de vacío, de no pertenecer del todo a este mundo que gira sin pedirme permiso. Hay momentos en los que me pregunto si la felicidad es algo reservado para otros, si algún día dejaré de sentirme así o si simplemente estoy destinado a resignarme a este hueco en el pecho. Hoy, después de mucho tiempo, he estado solo en casa. Nadie a mi alrededor, nadie con quien fingir que estoy bien, nadie con quien forzar una sonrisa para que todo parezca normal. Y ha sido como si un dique se rompiera dentro de mí. Toda esa falsa felicidad que he construido con los demás, esa máscara que llevo puesta para no preocupar a nadie y para no ser una carga, se ha caído de golpe, dejá...

Cuando nadie quiere quedarse a luchar

Nunca pensé que el mayor peso de tener esclerosis múltiple no sería el dolor, la fatiga o la incertidumbre, sino la soledad. La soledad real, esa que no se siente solo cuando estás en casa sin nadie con quien hablar, sino la que se instala en la piel, en la forma en que los demás te miran, en el modo en que las relaciones se desmoronan cuando el futuro se vuelve demasiado complicado de imaginar. Últimamente, esa soledad ha tomado una forma más oscura y pesada. La muerte de mi padre me ha removido más de lo que esperaba. No siempre tuvimos la mejor relación, y aunque con el tiempo aprendí a perdonar, su ausencia me ha dejado con una sensación extraña, como si hubiera perdido un ancla que, aunque no siempre estuviera firme, al menos estaba ahí. Ahora, sin él, la vida se siente un poco más vacía. Lo que más me ha golpeado en los últimos meses ha sido el rechazo. Dos personas con las que creí haber encontrado algo especial decidieron alejarse cuando supieron que tengo esclerosis múltiple...

Para ti papá

Hace mucho que no escribo en estas páginas y ahora no estoy pasando por un momento demasiado bueno y quiero retomarlo en algún momento, ya que creo que sincerarme aquí me viene bien. Sin embargo hoy simplemente quiero dejar escrito en este blog, mi lugar seguro, la carta que leí en tu despedida papá, para que el día que yo falte también, quede aquí por siempre. Querido papá, Hoy me enfrento a una de las experiencias más desafiantes de mi vida: despedirme de ti en este plano terrenal. Es un proceso complejo, lleno de emociones superpuestas, en el que el dolor de tu ausencia coexiste con una gratitud inmensa por todo lo que me legaste. Aunque el vacío que dejas es insondable, encuentro consuelo en los recuerdos imborrables que compartimos y en las enseñanzas que moldearon mi carácter y mi visión del mundo. Desde mis primeros años, fuiste un referente fundamental en mi desarrollo personal y moral. Con cada acto de generosidad y cada gesto de entrega, me enseñaste el verdadero significado ...