Ir al contenido principal

El amor en tiempos de EM

 

Hoy me apetece hablar de las relaciones de tipo amoroso con esto de tener una enfermedad como la esclerosis. Yo no he sido nunca de relaciones largas en mi vida, solo tuve una larga de unos tres años hace tiempo y desde entonces no he tenido pareja, solamente relaciones sexuales esporádicas. Creo que si hubiese tenido pareja cuando me diagnosticaron todo habría sido diferente, supongo que si una persona hubiese estado conmigo cuando recibí esta noticia, me habría apoyado y estado conmigo durante todo el proceso, pero no tuve esa suerte.

Ahora mismo me es difícil pensar en encontrar pareja. Pienso que poner esta carga sobre los hombros de otra persona es demasiado injusto. A mi familia no les queda otra y hoy en día ya lo han aceptado sin problemas y me ayudan en todo lo que pueden. Mis amigos, por otro lado, no lo saben todos, he preferido mantenerlo en secreto para la mayoría, aunque otros como mi ancla y su familia lo saben todo. Sin embargo, si ahora mismo empezara una relación tendría que contarle todo y en el caso de que no saliese corriendo, estaría poniendo un peso encima de la vida de esa persona sin habérselo buscado. No se como iré evolucionando, pero casi seguro cuando sea más mayor seré más dependiente y no podré llevar una vida normal del todo, por lo que no me parece justo embarrar la vida de otra persona de ese modo.

Respecto al sexo no he tenido mayor problema, por ahora no he tenido ningún brote que afecte a mi capacidad sexual y he podido tener relaciones a lo largo de estos años. Sin embargo, este último brote de las piernas me ha dejado un poco tocado mentalmente. Me viene a la cabeza mi imagen tumbado en la cama sin poder moverme y no siento que pueda ser atractivo para nadie. No es problema de que no me sienta a gusto con mi cuerpo, es cierto que nunca he sido una persona de matarme en el gimnasio, pero tampoco he tenido grandes complejos, siempre he estado feliz con mi físico y eso no me ha supuesto ningún problema. Es más que ahora mismo me siento poco atractivo, algo más mental yo creo, no me veo gustándole a nadie ahora mismo como para tener algo conmigo.

Por todo esto creo que ya jamás voy a tener pareja y no es porque no me gustaría, de hecho, ahora preferiría tener una relación más larga que una relación sexual puntual, encontrar a esa persona. Sin embargo, es algo a lo que ya he renunciado totalmente. Durante estos años con la esclerosis he sentido en alguna ocasión que me estaba enamorando, pero siempre lo he cortado de raíz y me he negado a mi mismo que pudiese pasar algo con esa persona. Puede ser que me esté equivocando, pero no quiero arrastrar a nadie a vivir esta vida y no creo en eso que dice de que el amor lo puede todo, creo que tengo que ser generoso y no meter a nadie en esta vida tan atípica. Quizás sólo estoy encerrándome tras unas puertas que están abiertas.



Comentarios

Entradas populares de este blog

La fuerza del destino

Han transcurrido cinco meses desde la última vez que vertí mis pensamientos en este rincón digital, y hoy retorno a él impulsado por dos motivos fundamentales. El primero nace de la recomendación de mi psicólogo, con quien he estado trabajando diligentemente para comprenderme mejor y enfrentar los desafíos que la vida ha arrojado a mi camino. Pero no es únicamente esta sugerencia profesional la que me trae de vuelta a estas líneas. Siento una necesidad profunda de desahogarme aquí, aunque sea solo por esta vez, sin prometer continuidad. Este escrito servirá, al menos, para aligerar algunos de los pesares que me han estado abrumando últimamente. Para dar algo de contexto, he atravesado una depresión que casi me consume por completo. Aunque he recorrido un largo camino hacia la mejoría, la oscuridad aún no ha abandonado del todo mi horizonte. A esto se suma la angustia por la grave situación de salud de mi padre, una realidad que me ha forzado a replantear muchas cosas en mi vida, temas ...

El miedo de ser una carga

Cuando recibes malas noticias en la vida, el primer instinto es la negación, buscar una manera de minimizar el problema o, mejor aún, de hacerlo desaparecer por completo. Como mencioné en publicaciones anteriores, los últimos resultados de mi enfermedad no fueron alentadores. Me han comunicado que he entrado en la fase final, y pronto empezaré a sentir todo el peso de la esclerosis. A veces me engaño a mí mismo pensando que lo he aceptado, pero la realidad es muy distinta. Intento encontrar algún pequeño atisbo de esperanza. Por eso hoy acudí a otro neurólogo, especialista en esta enfermedad, en busca de una segunda opinión. Sin embargo, no obtuve lo que buscaba; la consulta solo confirmó el diagnóstico inicial. Es difícil vivir cuando tu futuro está condicionado por algo así. En este momento, me siento roto en mil pedazos, y recurro al blog para intentar recomponerme, soltando aquí lo que pienso. Quizás me estoy abriendo demasiado y eso me asusta, tal vez incluso acabe borrando esta p...

Cien latidos

Cien textos. Cien momentos en los que escribir fue lo único que pude hacer cuando todo lo demás me sobrepasaba. No siempre tuve fuerzas, y muchas veces no encontraba sentido alguno, pero incluso en los días más rotos, o precisamente en ellos, algo dentro de mí necesitaba salir, ser dicho, narrarse, aunque fuera al vacío. Como si poner palabras fuera, todavía, la única forma posible de seguir existiendo sin romperme del todo. No hay victoria aquí, ni redención. No hay moraleja de superación ni aplausos por haber llegado tan lejos. Lo único que puedo afirmar con certeza es que sigo, más cansado, con un cuerpo que se desmorona por dentro y una mente que hace tiempo que dejó de estar del todo entera, pero sigo. Y eso, con esta enfermedad, ya es mucho más de lo que parece. No recuerdo el momento exacto en el que decidí empezar este blog, solo sé que necesitaba un sitio donde volcar todo lo que no podía decir en voz alta. No buscaba consuelo, ni comprensión, ni siquiera compañía. Solo necesi...