Ahora mismo me encuentro volviendo a casa en un tren y tengo cuatro horas por delante que voy a aprovechar para contaros lo que posiblemente haya sido la mejor semana después de ese último brote. He podido ir a un congreso de investigación y presentar mi trabajo frente a otros investigadores, algo normal en mi carrera profesional, pero que cuando estaba postrado en la cama con esos dolores creí imposible volver a hacerlo. Algo tan simple como una rutina de trabajo se convierte en algo enorme para las personas que padecemos esta enfermedad. He vuelto a sentirme bien conmigo mismo desde el punto de vista profesional y eso me ha dado una alegría muy grande.
En el último post dejé alguna pista de que este brote, aunque ya ha pasado, ha dejado tocado mi cuerpo. Debido a los periodos largos con dolores, el no dormir mucho y las medicaciones que me pusieron para el dolor, mi corazón se ha quedado bastante débil. El cardiólogo me dijo que en esta situación en torno al 80 por ciento de los pacientes no logra recuperar la funcionalidad cardiaca y fallecen en menos de un año. Al principio, como es normal, sentí miedo, da rabia que después de haber superado esto te den una noticia así. Sin embargo, he pensado que si van a ser mis últimos meses, tengo que aprovecharlos y hacer todo lo que quiero o sueño.
En este viaje de una semana ya he empezado con la tarea. He disfrutado de mi trabajo como nunca y he recuperado la confianza en mí mismo que había perdido. El volver a verme en ese entorno rodeado de compañeros científicos y poder presentar mi trabajo en ese foro me ha recordado la pasión que tengo por lo que hago. Además en este viaje me he quitado barreras y he probado experiencias nuevas que han sido muy divertidas y que yo creo que tenía que hacer en algún momento. Es curioso el miedo que tenemos a hacer algunas cosas cuando pensamos que aún nos queda mucho tiempo pero al darnos un golpe en la cara de que la vida es corta, rompemos con esas tonterías y nos animamos a hacer todo lo que jamás habríamos pensado.
En estos últimos meses tengo una larga lista de cosas que quiero hacer y tengo muchas ganas de irlas contando por aquí a medida que lo vaya consiguiendo. La muerte sigue dando miedo pero ahora la afronto de manera distinta, estoy feliz por la suerte que tengo de poder seguir hacia adelante cumpliendo mis sueños y tengo claro que en el tiempo que tenga no voy a parar hasta lograrlos todos. Como dice la canción que acompaña a este post, es dificil bailar con el diablo sobre tu espalda, por lo que voy a sacudir ese miedo de pensar en los días que me quedan y voy a vivir como nunca.
Comentarios
Publicar un comentario